Desde el pasado enero, en el Senado se utiliza un sistema de traducción simultánea de castellano, catalán, euskera, gallego y valenciano . Para ello están trabajando 25 interpretes a los que además del sueldo, hay que pagar dietas. El uso de este sistema supone unos 12.000 euros por cada sesión. Cada vez que hay un pleno, los senadores, invitados y periodistas pueden escuchar a través de unos auriculares la traducción de lo que hayan dicho los senadores hablando en otras lenguas. Ya existen propuestas de extender el sistema al Congreso de los Diputados. Este carísimo sistema de traducción simultánea automático lleva siendo utilizado en la Eurocámara, donde cada diputado puede expresarse en cada una de las 23 lenguas oficiales de la UE. Es decir, cada lengua debe traducirse a otras 22. También debe realizarse está traducción por escrito en normativas, mociones, etc. Para realizar este trabajo, existen más de 1.000 traductores y todo este mero trabajo burocrático supone un tercio del pr
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