Después de muchos años hablando de VoIP, con un notable éxito en el entorno PC en Internet (Skype, Messenger, Google Talk, etc.) y en centralitas privadas PBX IP para empresas, esta aplicación llega al mercado masivo a partir de las nuevas tecnologías convergentes, con GPON a la cabeza. La migración a VoIP requerirará de cambios fundamentales en las actuales infraestructuras de red IP de los operadores, pues son muchos sus requerimientos específicos mucho más exigentes que la mayoría de las aplicaciones de datos:
- Nuevos protocolos. En primer lugar hay varios algoritmos de codificación de la voz, cuyo fin principal es hacer un uso más eficiente del ancho de banda. Cada codec (G.711, G.723, etc.) tiene sus ventajas e inconvenientes. En cuanto a los protocolos de transporte, para minimizar los retardos las llamadas de voz -es preferible no recibir un paquete que recibirlo demasiado tarde- emplean RTP (Real Time Transfer Protocol) sobre UDP. Para el control y establecimiento de llamada, dependiendo del fabricante, se emplean H.323 o SIP sobre UDP o TCP. Hasta no hace mucho, lo general era que los fabricantes se apoyasen en H.323, sin embargo, SIP está ganando adeptos en la actualidad. Los sistemas de gestión de red deberán ser capaces de tratar con todos estos protocolos.
- Muy alta disponibilidad. La VoIP requiere una mayor disponibilidad que las aplicaciones de datos típicas. El usuario espera que cada vez que levanta el teléfono pueda conseguir el tono de llamada y poder cursar una llamada. Se habla siempre de una disponibilidad del 9,9999.
- Muy baja pérdida de paquetes. La pérdida de paquetes para que haya una calidad de voz aceptable, no debe exceder el 1%. Sin embargo, es importante que, de producirse la pérdida de paquetes, sea de un modo regular, pues las ráfagas si que tendrían un gran impacto sobre la calidad de la voz.
- Muy bajo retardo. El retardo de extremo a extremo asociado a una llamada de voz, según el ITU-T, no debe exceder de 150 ms (si bien en determinados escenarios se puede llegar a alcanzar los 250 ms sin afectar sensiblemente a la calidad).
- Muy bajo jitter. La voz debe seguir un orden estricto en el transcurso de una conversación. Según la RFC 1889 el jitter o desviación en el retardo del paquete -ya sea positiva o negativa- para el protocolo RTP, no debe sobrepasar los 30 ms.
En definitiva, la voz es por lo tanto mucho más que una aplicación más que corre sobre una red IP y es preciso un diseño de red efectivo y posterior supervisión y control, con especial atención a la calidad de servicio (QoS) y disponibilidad, para asegurar su calidad.
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