La motivación de los trabajadores es fundamental para que la empresa pueda conseguir sus objetivos. Los mecanismos básicos para motivar a los empleados son el refuerzo positivo y el refuerzo negativo, siendo el primer mecanismo el que suele dar unos mejores frutos en las empresas basadas en el conocimiento. La “pirámide de las necesidades” de Maslow pone de manifiesto que las necesidades humanas tienen distinta intensidad y aparecen según una determinada secuencia. De este modo, los gestores de la empresa deben diagnosticar el grado de satisfacción de las necesidades de cada trabajador para determinar qué tipo de incentivo puede significarle un mayor nivel de satisfacción.
Durante una crisis económica generalizada y la amenaza de expedientes de regulación de empleo, los empleados suelen pasar a un segundo plano algunas de sus desmotivaciones habituales (mala relación con el jefe o algunos empleados, falta de reconocimiento de su trabajo, pocas posibilidades de rotación o promoción, falta de autonomía para desempeñar las tareas, etc.), es decir, por las necesidades más altas de la pirámide de Maslow (autorrealización, reconocimiento y afiliación). Las necesidades más bajas de la pirámide de Maslow (seguridad y fisiológicas), son las que pasan a un primer plano. La posibilidad de mantener el actual poder adquisitivo y de tener asegurado su empleo, son las mayores preocupaciones de los empleados actualmente.
Un ejemplo de cómo la crisis económica puede cambiar las prioridades de los empleados de una empresa se tiene en Telefónica. Telefónica, cerró 2008 con un beneficio neto de 7.592 millones de euros, un 14,8% menos que hace un año debido a unos extraordinarios de 2.766 millones de euros por la venta de Airwave y Endemol en 2007. El dividendo de 2009 se incrementará y alcanzará los 1,15 € por acción, frente al 1 € de 2008. Telefónica sigue dando sólidas perspectivas a los inversores para 2009 y el resto de años venideros, donde se consolidará su crecimiento y se maximizará la caja.
La empresa, sin embargo, ofrece una imagen distinta a los inversores y a los empleados, siendo éstos últimos los que sufren las consecuencias de la crisis. Para Telefónica, además, la crisis no implica en absoluto pérdidas, sino una posible reducción de los beneficios. De esta forma, como una de otras muchas medidas de reducción de costes, Telefónica aplicará una subida salarial del 0,7% en su división fija en España para 2009 debido a la crisis. En una situación normal, los empleados y sindicatos pondrían objeciones a esta medida; sin embargo, éste no ha sido el caso ante la coyuntura actual. Aunque las telecomunicaciones no son uno de los sectores más afectados por la crisis, muchas operadoras de telecomunicaciones han realizado expedientes de regulación de empleo en España recientemente, como ONO y Orange, por lo que los especialistas de este sector tampoco tienen muchas oportunidades de recolocación a corto plazo y en buenas condiciones, pues la demanda de trabajo supera con creces la oferta.
De este modo, Telefónica ofrece seguridad a los empleados y reduce sus costes internos, lo cual ayudará a afrontar en mejores condiciones la crisis económica. Los empleados, aunque no ven a su empresa como una de las más damnificadas, sí son conscientes de la triste situación que están pasando muchos compañeros del sector y están más preocupados por mantener su empleo, que por otras cuestiones típicas de insatisfacción laboral.
Durante una crisis económica generalizada y la amenaza de expedientes de regulación de empleo, los empleados suelen pasar a un segundo plano algunas de sus desmotivaciones habituales (mala relación con el jefe o algunos empleados, falta de reconocimiento de su trabajo, pocas posibilidades de rotación o promoción, falta de autonomía para desempeñar las tareas, etc.), es decir, por las necesidades más altas de la pirámide de Maslow (autorrealización, reconocimiento y afiliación). Las necesidades más bajas de la pirámide de Maslow (seguridad y fisiológicas), son las que pasan a un primer plano. La posibilidad de mantener el actual poder adquisitivo y de tener asegurado su empleo, son las mayores preocupaciones de los empleados actualmente.
Un ejemplo de cómo la crisis económica puede cambiar las prioridades de los empleados de una empresa se tiene en Telefónica. Telefónica, cerró 2008 con un beneficio neto de 7.592 millones de euros, un 14,8% menos que hace un año debido a unos extraordinarios de 2.766 millones de euros por la venta de Airwave y Endemol en 2007. El dividendo de 2009 se incrementará y alcanzará los 1,15 € por acción, frente al 1 € de 2008. Telefónica sigue dando sólidas perspectivas a los inversores para 2009 y el resto de años venideros, donde se consolidará su crecimiento y se maximizará la caja.
La empresa, sin embargo, ofrece una imagen distinta a los inversores y a los empleados, siendo éstos últimos los que sufren las consecuencias de la crisis. Para Telefónica, además, la crisis no implica en absoluto pérdidas, sino una posible reducción de los beneficios. De esta forma, como una de otras muchas medidas de reducción de costes, Telefónica aplicará una subida salarial del 0,7% en su división fija en España para 2009 debido a la crisis. En una situación normal, los empleados y sindicatos pondrían objeciones a esta medida; sin embargo, éste no ha sido el caso ante la coyuntura actual. Aunque las telecomunicaciones no son uno de los sectores más afectados por la crisis, muchas operadoras de telecomunicaciones han realizado expedientes de regulación de empleo en España recientemente, como ONO y Orange, por lo que los especialistas de este sector tampoco tienen muchas oportunidades de recolocación a corto plazo y en buenas condiciones, pues la demanda de trabajo supera con creces la oferta.
De este modo, Telefónica ofrece seguridad a los empleados y reduce sus costes internos, lo cual ayudará a afrontar en mejores condiciones la crisis económica. Los empleados, aunque no ven a su empresa como una de las más damnificadas, sí son conscientes de la triste situación que están pasando muchos compañeros del sector y están más preocupados por mantener su empleo, que por otras cuestiones típicas de insatisfacción laboral.
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