La fabricación de equipos de telecomunicaciones respetuosos con el medio ambiente se está convirtiendo en una obligación en todo el mundo, tal y como ha ido ocurriendo con electrodomésticos, coches, viviendas, etc. Ya no es sólo importante conseguir procesos de fabricación cuidadosos con el medio ambiente que den lugar a aparatos que no superen los niveles estipulados de sustancias peligrosas, cada vez es más importante que consuman menos energía.
La mayoría de los operadores de telecomunicaciones y fabricantes de equipos están muy conciados con el sostenimiento del planeta. El problema es que estas empresas socialmente responsables en ocasiones se encuentran en desventaja, porque conseguir eliminar los componentes peligrosos, lograr el reciclado de los productos, que éstos consuman menos y que el respeto del medio ambiente sea consistente en todo su ciclo de vida, tiene un coste económico y de cambio cultural, pues hay que mentalizar no sólo a los empleados, también a los proveedores, distribuidores y clientes.
Un ejemplo de es el uso de energías alternativas en telefonía móvil. Las antenas (BTS de GSM, nodos B de UMT, estaciones WiMax, etc.) tradicionalmente se alimentaban por energía eléctrica. No obstante, en los países en vías de desarrollo existen muchas zonas rurales donde hay serias carencias de energía eléctrica. Por ejemplo en África, la región del mundo que experimentó un mayor crecimiento porcentual en usuarios de telefonía móvil en 2007, con un 38%, sólo el 25% de la población tiene acceso a energía eléctrica. Para estos casos, la solución era alimentar las antenas mediantes generadores diesel, una tecnología efectiva pero no eficiente, sobre todo por el gran incremento de los precios del petroleo. Junto a la disminución del consumo de las actuales antenas y a sus menores necesidades de refrigeración, se une ahora la posibilidad de trabajar con energía solar, eólica, biocombustibles, etc. Las estaciones de radio móviles alimentadas por células solares parecen la mejor solución, aunque todo depende de la ubicación geográfica de la antena en cuestión.
Muchos os preguntareis... ¿Pero de qué sirve la antena si está ubicada en un pueblo sin energía eléctrica?... Pues, también hay soluciones para esto. Ericsson junto a la Universidad de Columbia han desarrollado un cargado solar para teléfonos móviles con el fin de llevar la telefónia móvil a varios pueblos de África.
Como comenta mi amigo José Manuel Huidobro en el artículo "Green IT" http://www.coit.es/publicaciones/bit/bit168/12.pdf, donde analiza esta misma conciencia ecológica en el sector de los sistemas información... lo "verde" está de moda... y más nos vale que dure...
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