El cloud computing no es nada nuevo, pero es ahora cuando empujado por la necesidad de ahorrar costes de las empresas debido a la crisis financiera, ha tomado el impulso necesario para consolidarse. El grid computing ha sido siempre un concepto más conocido y son muchos los usuarios que confunden ambos conceptos. Básicamente, mientras en grid computing hay una colaboración para la distribución de tareas de alto consumo de recursos entre varios computadores; en cambio, en el cloud computing se busca el uso remoto de aplicaciones de forma segura y con comunicación estándar, así como el almacenamiento de datos en varios servidores distribuidos.
La idea del cloud computing es enlazar grandes clusters de sistemas remotos para ofrecer aplicaciones software, como si se tratase de un único supercomputador local. Es decir, supone la externalización de las aplicaciones de gestión de la empresa fuera de ella. De este modo, las compañías disponen de sus datos y aplicaciones sin necesidad de invertir en infraestructura propia y su operación y mantenimiento. El típico ejemplo de empresa orientada a este negocio es Google, con aplicaciones como Google Maps, Google Apps, etc.
El cloud computing está asociado al modelo de software como servicio (SaaS). Este modelo evita pagar grandes montantes iniciales en licencias de software, además de un porcentaje por su mantenimiento. Se paga sólo por el uso -que puede ir asociado a número de usuarios, porcentaje de CPU, capacidad de almacenamiento utilizado, etc.-, pues no se tiene propiedad de ese software. Esto permite a las empresas cliente reducción de costes, mayor movilidad, mayor flexibilidad y mejor rendimiento. Aunque pueda parecer algo que perjudique a las empresas fabricantes, este modelo, realmente, facilitará las actualizaciones de software y corrección de bugs y reducirá sensiblemente la piratería.
El cloud computing permite un gran ahorro de costes, mejorando además la eficiencia y la robustez, que son mayores en un centro de datos que en una empresa. El cloud computing permite afrontar picos de carga y escalar rápidamente, en función de sus necesidades temporales, sin tener que añadir nuevo hardware, software o personal. A través de la "nube", las empresas podrán acceder bajo demanda y siguiendo el modelo de pago por uso, a un gran número de recursos informáticos asignados dinámicamente, dotándose de una gran capacidad de procesamiento y almacenamiento sin necesidad de hacer grandes inversiones en OPEX y reduciendo el CAPEX (consumo energético, averías, etc.). Además, ésto se puede realizar en cualquier momento y lugar, aprovechando al máximo las inversiones en notebook, smartphones, etc.
Aunque ya existen exitosas implementaciones en servicio, los principales limitaciones actuales del cloud computing son la seguridad en la comunicación, privacidad de los datos, portabilidad de aplicaciones, interoperabilidad entre servicios y monitorización de los niveles de servicio acordados.
La idea del cloud computing es enlazar grandes clusters de sistemas remotos para ofrecer aplicaciones software, como si se tratase de un único supercomputador local. Es decir, supone la externalización de las aplicaciones de gestión de la empresa fuera de ella. De este modo, las compañías disponen de sus datos y aplicaciones sin necesidad de invertir en infraestructura propia y su operación y mantenimiento. El típico ejemplo de empresa orientada a este negocio es Google, con aplicaciones como Google Maps, Google Apps, etc.
El cloud computing está asociado al modelo de software como servicio (SaaS). Este modelo evita pagar grandes montantes iniciales en licencias de software, además de un porcentaje por su mantenimiento. Se paga sólo por el uso -que puede ir asociado a número de usuarios, porcentaje de CPU, capacidad de almacenamiento utilizado, etc.-, pues no se tiene propiedad de ese software. Esto permite a las empresas cliente reducción de costes, mayor movilidad, mayor flexibilidad y mejor rendimiento. Aunque pueda parecer algo que perjudique a las empresas fabricantes, este modelo, realmente, facilitará las actualizaciones de software y corrección de bugs y reducirá sensiblemente la piratería.
El cloud computing permite un gran ahorro de costes, mejorando además la eficiencia y la robustez, que son mayores en un centro de datos que en una empresa. El cloud computing permite afrontar picos de carga y escalar rápidamente, en función de sus necesidades temporales, sin tener que añadir nuevo hardware, software o personal. A través de la "nube", las empresas podrán acceder bajo demanda y siguiendo el modelo de pago por uso, a un gran número de recursos informáticos asignados dinámicamente, dotándose de una gran capacidad de procesamiento y almacenamiento sin necesidad de hacer grandes inversiones en OPEX y reduciendo el CAPEX (consumo energético, averías, etc.). Además, ésto se puede realizar en cualquier momento y lugar, aprovechando al máximo las inversiones en notebook, smartphones, etc.
Aunque ya existen exitosas implementaciones en servicio, los principales limitaciones actuales del cloud computing son la seguridad en la comunicación, privacidad de los datos, portabilidad de aplicaciones, interoperabilidad entre servicios y monitorización de los niveles de servicio acordados.
Un saludo amigo Ramon.
ResponderEliminarMuy bueno artículo!
Thiago Haidar
How are you my friend! Nice to see you here. Hope all is going well in the deployment of Brazil and hope to see your blog soon! Cheers!
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