Estaba claro que tarde o temprano acabaría por pasar, como ya ocurrió con Napster. En los últimos años varias aplicaciones P2P de descarga "ilícita" se han convertido en sitios de pago. Evidentemente el modelo de negocio del "todo gratis" tiene un tiempo de duración limitado en cualquier industria y más cuando se sufre el acoso judicial continuo de grandes discográficas o productoras cinematográficas.
Este ha sido el caso del programa iMesh o Kazaa, o más recientemente del sitio The Web Pirate Bay. Aunque una vez transformados en plataformas de pago, muchos usuarios migran a otras redes P2P que siguen siendo gratuitas como eMule, lo cierto es que este tipo de plataformas cuentan con una importante ventaja respecto a plataformas que nacieron desde los inicios siguiendo modelos de pago, como Pixbox o PeerImpact. El nuevo modelo de negocio de Kazaa es la descarga ilimitada de canciones con DRM previo pago de una cuota de subscripción mensual. The Pirate Bay también se basa en la suscripción mensual, pudiendo el usuario hacer dinero si comparte sus archivos con otros usuarios.
La integración de los P2P con los DRM permite un novedoso modelo de distribución conocido por superdistribución, que puede ser integrado tanto en los sistemas de pago de una cuantía fija por contenido como en el de suscripción. La superdistribución es un caso específico de marketing one-to-one que permite que sean los propios consumidores los que se encarguen de la publicidad, distribución y venta. Para ello además de sus esfuerzos de promoción, ofrecen sus recursos computaciones de capacidad de almacenamiento y ancho de banda. Aunque los consumidores pueden compartir activos protegidos por derechos de autor, cada receptor debe tener permisos para descargarlo, luego en este modelo el canon por copia privada dejará de tener sentido (porque los usuarios pagan por el contenido descargado no por el continente y pueden reproducirlo en cualquiera de sus dispositivos). Junto a estos contenidos protegidos por derechos de autor, también se distribuirán contenidos de libre difusión (por la caducidad del derecho de autor) o copyleft, que seguirán siendo totalmente gratuitos para la mayoría de los usuarios, aunque en muchas ocasiones su presencia en la comunidad P2P será financiada con publicidad. La descarga de contenidos en este tipo de redes tendrá además otras ventajas: ausencia de códigos maliciosos, ficheros de alta calidad, información adicional al propio fichero descargado, etc.
Este modelo, que garantiza que los proveedores de contenidos y los titulares de derechos de autor reciban pagos, es positivo para la industria y para los usuarios. El nuevo modelo fomenta la creación, a la vez que obliga a que todos los agentes de la cadena de valor sean más productivos. La distribución de contenidos en formato físico tiene una situación delicada, por ejemplo, en el caso de la música al coste del contenido y su promoción, hay que añadir el coste de la grabación en formato CD, los costes de transporte, los costes de mantenimiento de una tienda física, etc. Así, el autor (el que verdaderamente "innovaba") antes recibía un porcentaje muy bajo por su creación, de alrededor del 10% y ahora ese porcentaje se puede ver incrementado, debido a la reducción de intermediarios y a la mayor eficiencia de los que sobreviven.
Este ha sido el caso del programa iMesh o Kazaa, o más recientemente del sitio The Web Pirate Bay. Aunque una vez transformados en plataformas de pago, muchos usuarios migran a otras redes P2P que siguen siendo gratuitas como eMule, lo cierto es que este tipo de plataformas cuentan con una importante ventaja respecto a plataformas que nacieron desde los inicios siguiendo modelos de pago, como Pixbox o PeerImpact. El nuevo modelo de negocio de Kazaa es la descarga ilimitada de canciones con DRM previo pago de una cuota de subscripción mensual. The Pirate Bay también se basa en la suscripción mensual, pudiendo el usuario hacer dinero si comparte sus archivos con otros usuarios.
La integración de los P2P con los DRM permite un novedoso modelo de distribución conocido por superdistribución, que puede ser integrado tanto en los sistemas de pago de una cuantía fija por contenido como en el de suscripción. La superdistribución es un caso específico de marketing one-to-one que permite que sean los propios consumidores los que se encarguen de la publicidad, distribución y venta. Para ello además de sus esfuerzos de promoción, ofrecen sus recursos computaciones de capacidad de almacenamiento y ancho de banda. Aunque los consumidores pueden compartir activos protegidos por derechos de autor, cada receptor debe tener permisos para descargarlo, luego en este modelo el canon por copia privada dejará de tener sentido (porque los usuarios pagan por el contenido descargado no por el continente y pueden reproducirlo en cualquiera de sus dispositivos). Junto a estos contenidos protegidos por derechos de autor, también se distribuirán contenidos de libre difusión (por la caducidad del derecho de autor) o copyleft, que seguirán siendo totalmente gratuitos para la mayoría de los usuarios, aunque en muchas ocasiones su presencia en la comunidad P2P será financiada con publicidad. La descarga de contenidos en este tipo de redes tendrá además otras ventajas: ausencia de códigos maliciosos, ficheros de alta calidad, información adicional al propio fichero descargado, etc.
Este modelo, que garantiza que los proveedores de contenidos y los titulares de derechos de autor reciban pagos, es positivo para la industria y para los usuarios. El nuevo modelo fomenta la creación, a la vez que obliga a que todos los agentes de la cadena de valor sean más productivos. La distribución de contenidos en formato físico tiene una situación delicada, por ejemplo, en el caso de la música al coste del contenido y su promoción, hay que añadir el coste de la grabación en formato CD, los costes de transporte, los costes de mantenimiento de una tienda física, etc. Así, el autor (el que verdaderamente "innovaba") antes recibía un porcentaje muy bajo por su creación, de alrededor del 10% y ahora ese porcentaje se puede ver incrementado, debido a la reducción de intermediarios y a la mayor eficiencia de los que sobreviven.
Es la historia de siempre. Queremos que en Internet sea todo gratis porque aparentemente no se ven los costes ni el trabajo que hay detrás. Algunos grandes portales como Facebook con un tráfico brutal (actualmente es la web 2 del mundo, si se mira su ranking de Alexa) empezaron no insertando publicidad y tras el incremento exponencial de su tráfico han empezado a hacerlo. Incluso dicen que no termina de despegar la publicidad en las redes sociales y que el modelo es menos rentable que en otras plataformas. Veremos a ver en el futuro que fórmulas adoptan.
ResponderEliminarEn Internet siempre convivirán los servicios e información gratis, freemium (semi-gratis) y premium (de pago), es lo propio de este "ecosistema".
Saludos,
Luis.